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Salud y Belleza

¿Qué es la resistencia a la insulina?

Si tienes resistencia a la insulina te va a costar más esfuerzo que una persona sin este problema, bajar de peso, por eso debemos saber qué es la resistencia a la insulina, cómo impacta en el cuerpo, en el metabolismo, en el peso y en la salud en general y por supuesto como solucionarlo, ya que es el punto de partida de muchas enfermedades. El cuerpo necesita equilibrio en las hormonas en sangre, en la cantidad de hidratación y en la cantidad de azúcar en sangre.
Por Julieta Pinzón Mayo 2024
En condiciones normales al consumir una sustancia rica en hidratos de carbono o un alimento rico en azúcar, se libera el azúcar en sangre a medida que se va digiriendo y si se libera más azúcar de lo necesario, una hormona llamada insulina, es la encargada de regular esta glucemia, sacar el exceso de glucosa o de azúcar en sangre y lo almacena en forma de energía, en general en forma de grasa. La insulina protege del exceso de azúcar como mecanismo de defensa y evita que la glucemia suba por encima de los valores normales (110 mg por decilitro).
Se debe reducir el consumo de hidratos de carbono. En una persona de peso normal (70 o 75 kilos), hay aproximadamente 4 gramos de azúcar o de glucosa circulando en sangre, sin embargo en la actualidad en EE.UU. la persona promedio consume 31 veces esa cantidad de azúcar el equivalente a  124 gramos de azúcar todos los días. El cuerpo no necesita tanta azúcar, y cuando nos excedemos, puede acumular esas reservas de energía en forma de grasa, gracias a la insulina o puede unir esos azúcares a la proteína formando algo llamado glicoproteínas o productos de glicación avanzada. La hemoglobina glicosilada es una sustancia que se mide en sangre para evaluar los niveles de azúcar en sangre promedio de los últimos meses. Los productos de glicación avanzada son sustancias dañinas para las células que aceleran el envejecimiento y se forman porque ante la necesidad de sacar ese exceso de azúcar que está flotando en sangre lo unimos a proteínas para que no esté libre circulando en sangre, como mecanismo de defensa y con el exceso de azúcar en sangre aumenta nuestra insulina. La glucemia aumenta después de comer una comida rica en azúcares y a más simple y refinado sea el azúcar, más rápidamente va a aumentar la glicemia y como consecuencia más insulina vamos a liberar para reducirla, este circuito de energía rápida y de exceso de hidratos de carbono, nos deja sin energía, apareciendo síntomas como deseos repentinos de hidratos de carbono refinados, fatiga porque los niveles de energía cayeron, necesidad de dormir después de comer y por la marea alcalina, sentir hambre con más frecuencia, aumentar nuestros niveles de colesterol y de oxidación del colesterol, aumentar nuestra presión arterial, generar desequilibrios hormonales como el síndrome de ovario poliquístico o una reducción de la testosterona que se va transformando en estrógenos proliferativos dañinos para el cuerpo e incluso mayores niveles de estrés y actividad simpática con lo cual se responde de manera exagerada o exacerbada, commparativamente con la amenaza.
Esta elevación de la insulina de manera crónica hace que el cuerpo responda disminuyendo el efecto de la insulina para protegernos con buenas intenciones y serviría muy bien,si se dejara de comer hidratos de carbono refinados, pero no lo hacemos y a lo largo del tiempo desencadena en un proceso llamado resistencia a la insulina, el cuerpo responde bajando la actividad de la insulina y el páncreas responde produciendo cada vez más insulina. Paradójicamente, cada vez que aumenta el azúcar en sangre por encima de los valores normales, la insulina que producimos guarda esa energía en forma de grasa, tanto grasa corporal como grasa visceral en órganos como el hígado y que por supuesto es más peligrosa que la grasa subcutánea.
Este mecanismo de ganancia de grasa es una de las causas de inflamación y de envejecimiento prematuro y cada vez que excedemos el consumo de azúcares liberamos grandes cantidades de insulina y a la vez impedimos el uso de grasa como fuente energía porque se está acumulando nueva, entonces el cuerpo no quiere eliminar las reservas que tiene, quiere juntar nuevas, preparandose para cuando esté un tiempo sin alimento entonces guarda todas las calorías y la reserva de energía posibles de ese alimento y no utiliza las propias, porque solo lo hará cuando no tenga acceso a comida. Cada vez que excedemos el consumo de azúcares, liberamos grandes cantidades de insulina y a la vez impedimos el uso de grasa como fuente energía. La resistencia a la insulina hace aumentar de peso e impide el uso de grasa como energía.
Es un círculo vicioso; como un exceso hidratos de carbono, produzco insulina, guardo grasa, tengo hambre, vuelvo a comer hidratos de carbono, etc. A mayores niveles de grasas en sangre, más altos triglicéridos y así impedimos que nuestro cuerpo responda a la insulina. Hacen resistencia a la insulina, el sobrepeso, la obesidad, la inflamación y los desequilibrios de la flora bacteriana. Puede sospechar de resistencia a la insulina si acumula grasa principalmente en abdomen, si se oscurecen los pliegues de la piel, si se siente cansado después de comer, si tiene hígado graso y por supuesto si tiene sobrepeso. Hay diversas soluciones contra resistencia a la insulina: Un ayuno intermitente con un patrón de 16 horas de ayuno y  8 horas de ingesta.
Para mejorar la flora bacteriana y bajar la insulina a la vez, consumir alimentos ricos en prebióticos como la inulina y probióticos que rebalanceen esa flora bacteriana, replicando las bacterias buenas. Aumentar el consumo de grasas saludables combinándolo con ayuno intermitente, ambos mecanismos reductores de la insulina y a la vez reductores de la inflamación. La inulina en forma de suplemento ralentiza la velocidad a la que la comida libera sus azúcares. El cromo picolinato, aumenta la sensibilidad a la insulina haciéndonos más capaces de reaccionar frente a la insulina. Bajar la hemoglobina glicosilada que es un marcador de glucemia y lo reduce casi en un 10%. El ácido alfa lipoico reduce la glucemia, el magnesio aumenta la liberación de insulina, la gymnena Silvestre. la vitamina D y la berberina aumentan la sensibilidad a la insulina y la captación de azúcar por tus músculos. El  aloe vera o cocinar con canela son dos elementos que aumentan la sensibilidad a la insulin. Una vida sedentaria aumenta los niveles de insulin, los mejores ejercicios para reducir la insulina son los ejercicios de intervalos en ayuno. A nivel hormonal es importante disminuir el estrés y los valores de cortisol.