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Dieta equilibrada para tu gato
Para que tu gato tenga una vida feliz y saludable, es importante una dieta equilibrada. Son animales carnívoros, por lo que tienen que incluir la carne en su dieta. Nunca podrían ser vegetarianos o veganos. Su fuente de energía principal son las proteínas y necesitan mayores cantidades que los perros. La carne fuente de proteínas, les aporta tres nutrientes esenciales: la taurina (para el corazón y la vista), el ácido araquidónico (para la salud de la piel y el pelaje) y la vitamina A (para el pelaje y la vista).

Por Julieta Pinzón
Mayo 2024
Para mantenerlo en forma, su dieta debe contener una cantidad equilibrada de nutrientes esenciales, formulada para aportarles la cantidad equilibrada de nutrientes que necesitan y que sea deliciosa. Añadirle comida humana o suplementos a su dieta puede ser perjudicial para ellos y causarles problemas digestivos. Tienen estómagos sensibles, necesitan una dieta especial rica en proteínas y otros nutrientes para ayudarles a crecer fuertes y sanos.
El agua es esencial para los gatos. Aunque puedan aguantar bastante la orina, pueden tener problemas en la vejiga o cistitis si no beben suficiente. Debe disponer de agua fresca y limpia para beber, en un recipiente o una fuente de agua y aunque les encanta beber agua de sitios poco comunes, como grifos que gotean o el plato de la ducha, estos lugares no deben reemplazar nunca a una fuente permanentemente accesible de agua limpia y fresca. El recipiente del agua debe estar colocado a cierta distancia del recipiente de la comida, siempre que sea posible, y lejos del cajón de arena.
Las proteínas, compuestas de aminoácidos, son su fuente principal de energía, ya que no pueden producir estos compuestos por sí mismos. Estas proteínas que se encuentran en una dieta completa, de carne o pescado, tienen que contener los aminoácidos esenciales que tu gato necesita para formar y mantener sus músculos, su piel y su pelaje sanos, así como para fortalecer su sistema inmunológico. Si no ingiere las proteínas necesarias, puede tener problemas de crecimiento, perder masa muscular, influir en la calidad de su pelaje y aumentar el riesgo de infección, debido a un sistema inmunológico débil.
Las grasas, compuestas por pequeñas unidades llamadas ácidos grasos, son su combustible que les mantiene activos, al mismo tiempo que le sirven de aislante y de protección para sus órganos internos. Los ácidos grasos esenciales, como el omega-3 o el omega-6, son vitales para que la piel y el pelaje de tu gato se mantengan sanos y son una parte importante de su nutrición. Sin ellos, tu gato podría presentar problemas de piel y de pelaje.
Los carbohidratos (almidón y fibra) no son imprescindibles, pero son una fuente de energía. Los alimentos prebióticos (con fibras solubles) también ayudan a mantener un intestino sano favoreciendo la aparición de bacterias beneficiosas para la salud, mientras que las fibras indisolubles favorecen la actividad intestinal y una buena calidad de las heces.
Los minerales, como el calcio y el fósforo, son esenciales para tener dientes y huesos fuertes y sanos, por lo que deben estar incluidos en su dieta, especialmente si se trata de una gata embarazada o un gatito en crecimiento.
El sodio, el cloruro, el magnesio y el potasio, así como el zinc, el cobre y el hierro son otros minerales importantes en su dieta.
Las vitaminas son necesarias, para favorecer su crecimiento, la vista, piel y pelaje sanos. Participan en el metabolismo de las grasas, las proteínas y los carbohidratos. Las vitaminas C y E también funcionan como antioxidantes. Las vitaminas liposolubles (A, D, E y K) se almacenan en los tejidos grasos de tu gato, mientras que las hidrosolubles (B complex y C) no se almacenan en el cuerpo, sino que se eliminan con la orina.
No necesitan leche una vez que se hayan destetado. Para muchos resulta difícil de digerir, pues no poseen la enzima que procesa la lactosa (el azúcar que contiene la leche). La leche de vaca y otros productos comunes pueden provocarle diarrea y problemas de estómago. La leche especial para gatos ha sido creada para ofrecerles un alimento cremoso sin lactosa. Al igual que las golosinas, la leche para gatos contiene calorías, que deben tenerse en cuenta a la hora de mantener una dieta equilibrada.
Los alimentos húmedos en latas, bandejas de aluminio o en bolsitas, deben servirse a temperatura ambiente para que disfrute de su textura y su olor. Una vez abierto, guárdalos en el frigorífico, como máximo durante 24 horas. Sácalo del frigorífico con la suficiente antelación, para servirle. No deben permanecer en el recipiente durante más de una hora, ya que dejan de ser apetecibles y favorecen la creación de bacterias, que podrían causar problemas digestivos.
Los alimentos secos o granos contienen la cantidad equilibrada de nutrientes y tienen una textura crujiente que ayuda a mantener su salud bucal. Tienen mayor concentración de nutrientes que los alimentos húmedos, por lo que tendrás que servirlos en menor cantidad.
Si cambias su alimento a un tipo o marca diferente, introduce el nuevo alimento gradualmente durante un periodo de entre 7 y 10 días. Pon dos recipientes, uno con el alimento habitual y otro con el nuevo, para que tenga la oportunidad de empezar a probar de forma gradual el nuevo alimento. Un cambio brusco puede causar problemas digestivos, especialmente si tu gato está acostumbrado a comer siempre el mismo producto.
Preparar la comida para tu gato en casa no es recomendable. Es difícil preparar una dieta para felinos con alimentos preparados en casa, puesto es complicado conseguir la cantidad adecuada de nutrientes, lo que puede causar un desequilibrio grave. Si estás decidido a preparar su comida, consulta con un nutricionista de animales de compañía para diseñar una dieta que proporcione a tu gato la cantidad adecuada y equilibrada de nutrientes.
Los alimentos crudos pueden contener parásitos o bacterias, como la salmonella, que pueden provocarle una enfermedad. Si decides alimentarlo con alimentos crudos, tendrás que prestarle mucha atención a la higiene de los alimentos. Ten cuidado con los huesos de los alimentos, pues pueden astillarse o quedarse en los intestinos de tu gato.